HISTORIA
INVENCIÓN DEL CUCHILLO
E
l hombre ha fabricado armas y herramientas desde hace millones de años que con el tiempo han evolucionado.
EL CUCHILLO es una de las herramientas más antiguas que conocemos.
El “hombre de Java” hace 700.000 años ya tallaba piedras para conseguir herramientas con filo. Es decir, ya sabían diferenciar los diferentes tipos de mineral como el sílex, el cuarzo, la cuarcita y la obsidiana. Descubrieron que, al golpear unos elementos con otros, estos se rompían en forma de lascas, pudiendo así conseguir bordes cortantes, lo que llamamos filo.
Mas tarde (7000 A.C.) el cobre es el primer metal que reemplaza a la piedra. En el año 5000 A.C. aparece el bronce dando mejores acabados. Estos materiales comenzaron a utilizarlos martillando en frío. Pasados 1000 años, ya en la Edad de Hierro comenzaron a fabricar cuchillos más resistentes y precisos.
Al siglo XIX se le denomina “el siglo de oro” del cuchillo”, pero fue realmente en el siglo XX, concretamente, a partir del año 1913 que, por casualidad, un inglés llamado Harry Brearley descubre uno de los materiales más importantes del sector alimentario, el Acero Inoxidable que más tarde sería introducido en la mayoría de utensilios, destacando los cuchillos.
Pasados los años se incluyeron otros materiales, como el cromo, vanadio, manganeso, cobalto, níquel, etc cuyas características son: la dureza, tenacidad, flexibilidad y resistencia a la oxidación. Estos aportan mayor higiene, ya que no contienen ningún agente contaminante como el óxido, el cual se genera en el hierro al contacto con la humedad. Esto es muy importante ya que los cuchillos manipulan la mayoría de los alimentos que ingerimos.
E
l hombre ha fabricado armas y herramientas desde hace millones de años que con el tiempo han evolucionado.
EL CUCHILLO es una de las herramientas más antiguas que conocemos.
El “hombre de Java” hace 700.000 años ya tallaba piedras para conseguir herramientas con filo. Es decir, ya sabían diferenciar los diferentes tipos de mineral como el sílex, el cuarzo, la cuarcita y la obsidiana. Descubrieron que, al golpear unos elementos con otros, estos se rompían en forma de lascas, pudiendo así conseguir bordes cortantes, lo que llamamos filo.
Mas tarde (7000 A.C.) el cobre es el primer metal que reemplaza a la piedra. En el año 5000 A.C. aparece el bronce dando mejores acabados. Estos materiales comenzaron a utilizarlos martillando en frío. Pasados 1000 años, ya en la Edad de Hierro comenzaron a fabricar cuchillos más resistentes y precisos.
Al siglo XIX se le denomina “el siglo de oro” del cuchillo”, pero fue realmente en el siglo XX, concretamente, a partir del año 1913 que, por casualidad, un inglés llamado Harry Brearley descubre uno de los materiales más importantes del sector alimentario, el Acero Inoxidable que más tarde sería introducido en la mayoría de utensilios, destacando los cuchillos.
Pasados los años se incluyeron otros materiales, como el cromo, vanadio, manganeso, cobalto, níquel, etc cuyas características son: la dureza, tenacidad, flexibilidad y resistencia a la oxidación. Estos aportan mayor higiene, ya que no contienen ningún agente contaminante como el óxido, el cual se genera en el hierro al contacto con la humedad. Esto es muy importante ya que los cuchillos manipulan la mayoría de los alimentos que ingerimos.
Pasos en la fabricación de un cuchillo forjado
TECAFAR®, considera al cuchillo, un utensilio con mucho valor , ya que fue indispensable en todas las épocas de la humanidad, siendo una de las mejores invenciones del hombre incluso antes que el fuego.
Consideramos que en las últimas dos décadas, se está destruyendo la cultura de estas herramientas para poder ser más competitivos. Se utilizan materiales de peor calidad, más baratos y con menor duración. Por ello no poseen o incluso pierden fácilmente la capacidad de corte, función para la que realmente están diseñados.
A esto habría que añadir, el consiguiente deterioro de nuestro ecosistema, al producir masivamente herramientas de dudosa duración, que no siempre terminarán en los cauces de reciclaje adecuados.
La creciente competitividad ha hecho también que los cuchillos se vendan en establecimientos no especializados, lo cual supone un empeoramiento del servicio al cliente a nivel de orientación en calidades, clases de cuchillos y por supuesto afilado. Todos estos condicionantes suponen además una disminución en seguridad a la hora de utilizar un cuchillo, aparejado con un aumento en la probabilidad de accidentes.
TECAFAR tiene como uno de sus propósitos principales devolver al cuchillo su status histórico, y seguir evolucionándolo en pos de una mayor calidad, como la herramienta imprescindible que siempre ha sido a lo largo de los tiempos.
AFILADORES EN LA HISTORIA
H
ace muchos años en tierras gallegas, apareció un afilador ambulante
(del cual se desconoce su procedencia) con su rueda de afilar a sus
espaldas. Este hombre buscaba un carpintero que le reparara su
rueda de afilar, pues estaba muy deteriorada.
Se dice que lo encontró por estas tierras, concretamente en Luintra,
donde el carpintero le reparó adecuadamente los desperfectos del
tan raro utensilio que el afilador ambulante le había entregado. El
carpintero, además, tomó medidas para poder fabricarlo en su taller.
De esta manera comenzó la historia de los afiladores en Galicia,
aunque se fue perfeccionando la técnica, desde que se hizo la
primera rueda de afilar de llevar a la espalda, pasando por las de llevar
empujando y más tarde las bicicletas y motos. En la actualidad se
trabaja en talleres donde existe el equilibrio entre la alta tecnología
y la artesanía, heredada de nuestros afiladores.
Desde entonces
existen afiladores que nacieron en estas tierras, que aún hoy
continúan recorriendo lugares insólitos por el mundo, por eso se le
llama “a terra da chispa”.
El oficio de afilador ha sido muy importante tanto que ha dejado su
propia huella, pues estos afiladores viajaron por tantos caminos que
incluso llegaron a inventar su propia jerga “BARALLETE” mediante la
que se podían comunicar sin poder ser comprendidos.
H
ace muchos años en tierras gallegas, apareció un afilador ambulante
(del cual se desconoce su procedencia) con su rueda de afilar a sus
espaldas. Este hombre buscaba un carpintero que le reparara su
rueda de afilar, pues estaba muy deteriorada.
Se dice que lo encontró por estas tierras, concretamente en Luintra,
donde el carpintero le reparó adecuadamente los desperfectos del
tan raro utensilio que el afilador ambulante le había entregado. El
carpintero, además, tomó medidas para poder fabricarlo en su taller.
De esta manera comenzó la historia de los afiladores en Galicia,
aunque se fue perfeccionando la técnica, desde que se hizo la
primera rueda de afilar de llevar a la espalda, pasando por las de llevar
empujando y más tarde las bicicletas y motos. En la actualidad se
trabaja en talleres donde existe el equilibrio entre la alta tecnología
y la artesanía, heredada de nuestros afiladores.
Desde entonces
existen afiladores que nacieron en estas tierras, que aún hoy
continúan recorriendo lugares insólitos por el mundo, por eso se le
llama “a terra da chispa”.
El oficio de afilador ha sido muy importante tanto que ha dejado su
propia huella, pues estos afiladores viajaron por tantos caminos que
incluso llegaron a inventar su propia jerga “BARALLETE” mediante la
que se podían comunicar sin poder ser comprendidos.
